sábado, 5 de septiembre de 2020

CUENTOS MENTIROSOS 2- PRACTICAS DEL LENGUAJE- 5TO C-D-E- 10ma. TAREA

 SEGUIMOS CON CUENTOS MENTIROSOS

LUNES 14

UN SEGUNDO CUENTO

Esta semana les propongo leer y escribir en torno al cuento “El traje nuevo del Emperador”. Se trata de un cuento creado por el escritor danés Hans Christian Andersen y publicado por primera vez en 1837. Su título original era El rey desnudo. Este cuento se relata en todo el mundo a través de diversas versiones y con distintos títulos. Ustedes podrán leer una de esas versiones que lleva el título que les hemos anunciado. 

Para empezar, vamos a leer el cuento. Recuerden que pueden leerlo solas o solos o pedirle a alguien que esté con ustedes que las y los acompañe en la lectura.

"El traje del emperador"

   Hace muchos años había un Emperador a quien le gustaba lucir cada día un traje nuevo. No le interesaba el teatro ni los paseos; solo disfrutaba de elegir sus prendas. 

   Gran cantidad de viajeros visitaban la ciudad donde reinaba el Emperador. Una vez llegaron dos estafadores que decían que eran tejedores; aseguraban que podían hacer bellas telas y que sus prendas tenían una virtud: eran invisibles para los que no eran aptos para sus trabajos o que eran poco inteligentes. 

   “¡Deben ser unos trajes magníficos!” -pensó el Emperador-. “Si los tuviese podría saber qué funcionarios no son aptos para el cargo y distinguir entre los inteligentes y los tontos”. Entonces, ordenó: - ¡Preparad todo para que estos tejedores produzcan sus telas! 

   Envió dinero para pagarles el trabajo y los dos pícaros armaron un telar y simularon que trabajaban; pero no tenían hilos, ni lanas en la máquina. Solicitaron sedas finas y hebras de oro. Pero escondieron el dinero, las sedas y los hilos de oro en un lugar secreto y fingieron que trabajaban en los telares hasta muy entrada la noche. 

   Pasados unos días, pensó el Emperador: “Quisiera saber si ya han tejido una parte de la tela”- . Pero no se decidía a visitar él mismo a los falsos tejedores, prefirió enviar primero a su viejo Ministro para que averiguase cómo lucían las telas. 

   El Ministro se presentó en el taller. Los dos embaucadores parecían trabajar en sus telares vacíos. “¡Qué es esto!” -pensó el Ministro - “¡No veo nada!”. Pero guardó silencio. 

   Los tramposos le preguntaron si no le parecía magnífica la tela. El anciano solo veía  el telar vacío porque estaba vacío y sentía una gran preocupación. “¿Seré tonto acaso? ¿O seré inútil para mi cargo de Ministro?” -pensaba-. 

   Uno de los tejedores le nombraba los colores del hilado invisible: - ¿Le gustan el ocre y el púrpura, señor Ministro? -¡Oh! -respondió él-. Diré al Emperador que me han gustado mucho los colores. Y así lo hizo. 

   Los estafadores pidieron entonces más dinero, seda y oro para seguir tejiendo. Ni una hebra se empleó en el telar. Ellos continuaron simulando que trabajaban. 

   El Emperador envió a otro funcionario a observar la tela y a informarse sobre cuánto faltaba para que estuviera lista. Al segundo funcionario le ocurrió lo mismo y pensaba:-“Yo no soy tonto y no quiero perder mi trabajo. Mantendré silencio y nadie se dará cuenta”. Entonces habló maravillas de la tela que no veía. –¡Es admirable! –decía. 

   Todos los pobladores hablaban de la tela. Un día, el Emperador quiso verla y se dirigió junto a su comitiva hacia el lugar donde trabajaban los pícaros. Al llegar, los dos continuaban tejiendo sin hebras ni hilos.

   – ¡Qué admirable! -exclamaron varios. 

   – Observe, Majestad, los dibujos –comentaban creyendo que los demás veían la tela. 

   “¿Qué es lo que ocurre? -pensó el Emperador-. ¡No veo nada! Sería espantoso que el pueblo pensara que no sirvo como Emperador”. 

   – ¡Oh, sí, es muy bonita! -dijo-. Con alegría miraba el telar vacío para no confesar que no veía nada. Todo el mundo parecía encantado. 

   Un secretario le aconsejó al Emperador:-¡Ordenad a los tejedores que se apresuren! 

   El Emperador deseaba estrenar los trajes en la fiesta del pueblo que se celebraría en pocos días. Los falsos tejedores prometieron que estarían listos para el desfile. 

   Durante la noche anterior a la fiesta, los embaucadores mantuvieron muchas lámparas encendidas. Simularon quitar la tela del telar, hicieron de cuenta que cortaban con grandes tijeras y se los veía coser con agujas sin hilos. Al amanecer, exclamaron: -¡Por fin, el traje está listo! 

   Llegó el Emperador junto a sus caballeros y los dos mentirosos, levantando los brazos como si sostuviesen algo, fueron anunciando: 

   – Estos son los pantalones. 

   – Aquí le alcanzamos a Su Majestad la casaca de oro. 

   – Sostened vosotros el manto… 

   A unos y a otros les iban explicando: -Como todos podéis ver, las prendas son livianas como si fuesen alas de mariposas, es como si no se llevara nada sobre el cuerpo. 

   ¡Sí! -asintieron los cortesanos, a pesar de que no veían nada. 

   – Por favor, Majestad –dijeron los dos bribones-. Quítese usted el traje para vestirse con el nuevo.

   El Emperador se quitó sus prendas y los dos simularon ponerle los pantalones, la casaca y el manto. Uno de ellos tomó al Emperador por la cintura, hizo como si le atase algo alrededor de ella y exclamó: -Observe, Majestad, en el espejo, el extraordinario largo de la cola. 

   El monarca daba una y otra vuelta ante el espejo. -¡Qué bien le sienta! -exclamaban todos-. ¡Es un traje precioso! 

   – El desfile está a punto de empezar– anunció el maestro de ceremonias. 

   – Muy bien -dijo el Emperador-. Los encargados de sostener la cola bajaron las manos al suelo como para levantarla y avanzaron como si verdaderamente la sostuvieran. 

   Ninguno quería confesar que no veía nada. El Emperador avanzó mientras el pueblo desde la calle, decía: -¡Qué preciosos son los vestidos! ¡Qué cola magnífica! 

   Nadie deseaba que los demás lo consideraran incapaz o poco inteligente. Ningún traje del Emperador había tenido tanto éxito como aquel. 

   – ¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño. 

   Desde ese momento, todo el mundo comentaba en voz baja: -¡Un niño dice que el Emperador está desnudo! 

   – ¿Escucharon al pequeño?- preguntaban algunos-. ¡Dice que el Emperador no lleva nada! 

   – ¡Pero si está desnudo! -gritó, al fin, el pueblo entero. 

   Aquello inquietó al Emperador pues se daba cuenta de que el pueblo tenía razón. Pensó entonces: “Debo seguir hasta el fin de los festejos”. Y continuó más altivo que nunca mientras los ayudantes continuaban sosteniendo la cola invisible de su traje. 

Versión libre de “El traje nuevo del Emperador” de Hans Cristian Andersen.

Ahora les propongo pensar en esta historia. Si la leyeron con alguien más, será una buena oportunidad para intercambiar opiniones. 

Después, les pido que respondan las siguientes preguntas en sus carpetas. Primero escriban el título del cuento: “El traje nuevo del Emperador” y la fecha. 

1. Algunas chicas y algunos chicos se ríen con este cuento, ¿a ustedes les pareció gracioso? ¡Por que?

2. Seguro descubrieron que en esta historia hay engaños… ¿Quién les parece que engaña a quién? 

3. Vuelvan a releer el final del cuento. ¿Por qué será un niño quien dice “pero si no lleva nada”?

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MARTES 15

RELEER PARA DESCUBRIR LOS MOTIVOS DEL PERSONAJE

Hoy vamos a seguir trabajando con el cuento “El traje nuevo del Emperador”. Les propongo releer algunas partes del cuento para descubrir cómo son estos personajes y por qué hacen lo que hacen: engañan y también se dejan engañar. 

 Anoten en sus carpetas las respuestas a las siguientes preguntas. Primero escriban el título del cuento y la fecha. 

1. A este Emperador le encantaban los trajes hermosos y decidió tener un traje muy especial… ¿Qué tenía de especial la tela de ese traje? 

2. ¿Por qué les parece que el Emperador quería ese traje especial? ¿Era solamente porque le gustaban los trajes nuevos? 

3. Los otros funcionarios que envía el Emperador para ver cómo iba la confección de su traje ¿se dan cuenta del engaño? ¿Por qué creen que siguen engañando al Emperador? 

4. Finalmente, el Emperador, ¿en qué momento se dio cuenta de que había sido engañado?

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MIERCOLES 16

ESCRIBIR SOBRE LOS PERSONAJES

Los días anteriores compartimos la lectura del cuento y comenzamos a descubrir que los personajes de esta historia a veces son engañados y, otras veces, se dejan engañar. Hoy les propongo seguir pensando en cómo son estos personajes. Para eso, vamos a analizarlos un poco mejor. 

El Emperador 

Una chica que leyó esta historia escribió sobre el Emperador: 

“parece egoísta y se deja engañar porque se cree el mejor y no cree en sus funcionarios”. 

 1. Ustedes, ¿qué piensan del Emperador? Relean la historia y marquen las frases que les permiten describir a este personaje. Luego, anoten la conclusión en sus carpetas.

Los tejedores 

2. En el cuento aparecen varias formas de referirse a los “tejedores”. Por ejemplo, al principio del texto dice: “una vez se presentaron dos estafadores que se hacían pasar por tejedores”. ¿Saben lo que significa estafador?

Lean la siguiente definición del diccionario de la Real Academia Española:

Estafador/ra 

1. m. y f. Persona que estafa. 

Estafar: Del italiano. Staffare 1.tr. Pedir o sacar dinero o cosas de valor con engaños y con ánimo de no pagar.

Traten de combinar las dos definiciones para explicar el significado de estafador. 

3. Busquen en el cuento otras expresiones que describen a los tejedores. Subráyenlas y si no saben el significado de alguna de ellas, pueden buscarlo en un diccionario que tengan en casa y si tuvieran conexión a Internet, pueden googlear.

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JUEVES 17

LEER PARA REVISAR LA ORTOGRAFÍA

Hoy vamos a seguir trabajando con el cuento “El traje nuevo del Emperador”. 

En esta oportunidad, les proponemos revisar la descripción del Emperador que hicieron otras chicas y otros chicos. Nos vamos a detener en la ortografía de algunas palabras para que no haya dudas en su escritura.

1. Primero, los invito a leer lo que escribió un chico de otro grado cuando describió al emperador.

El enperador les creyó a los enbaucadores porque sienpre quería usar trajes hermosos. 

Cuando los tranposos le probaron el traje el enperador se vio desnudo. La gente pensaba: 

-No vemos nada, es un inpostor

El enperador se conprometió a no desconfiar de su pueblo ni de sus funcionarios. 

Como ven, en el texto hay algunas palabras subrayadas. ¿Por qué?

2. ¿Qué le dirían al autor del texto para ayudarlo a corregir lo que escribió? Respondan esta pregunta en sus carpetas pero primero no se olviden de poner el título del cuento y la fecha. 

3. Ahora les presentamos dos grupos de palabras para que observen. En uno, hay palabras que llevan mb y, en el otro, palabras que llevan mp

        embarcar – embarrado – embaldosar               emparejar – empobrecer – empeorar 

4. Observen estos pares de palabras:

             BARRO              EMBARRAR 

             GRASA               ENGRASADO 

             PAREJA              EMPAREJADO   

En las palabras que acabamos de ver, cuando se le antepone EN o EM la palabra quiere decir otra cosa relacionada con la primera, pero diferente. Por ejemplo, piensen y expliquen en sus carpetas: ¿Qué significa embarrado?, ¿y engrasado? 

5. Vuelvan a leer lo que escribieron estos días y revisen si hay alguna palabra que deban corregir. 

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VIERNES 18

ESCRIBIR PARA TRANSFORMAR LA HISTORIA

Para terminar la semana, les propongo transformar un poco la historia de “El traje nuevo del Emperador”. 

Habrán advertido que el narrador (quien nos cuenta la historia) avisa a las y los lectores que los tejedores eran dos tramposos. ¿Y si nosotros creyéramos en la sinceridad de los tejedores? Observen los cambios.

- Así dice el narrador en un párrafo: 

Una vez llegaron dos estafadores que aseguraban que podían hacer bellas telas…

- Así podrían transformarlo ustedes: 

Una vez llegaron dos tejedores que aseguraban que podían hacer bellas telas...

-Así dice el narrador en otro párrafo: 

… la noche anterior a la fiesta, los embaucadores mantuvieron muchas lámparas encendidas.

1. Ahora les pido que escriban en sus carpetas cómo transformarían este párrafo si ustedes confiaran en la palabra de los tejedores. 

2. Elijan otro pequeño párrafo, donde el narrador se refiera a los engañadores, y escríbanlo como si ustedes confiaran en estos dos tramposos.

-En ambos casos recuerden lo que aprendieron de reglas ortográficas.





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